Consecuencias
ideológicas
La
sociedad de la posguerra fue presa de una profunda
crisis de conciencia. Las secuelas del conflicto
llevaron al cuestionamiento de los modelos
político, social y económico imperantes
desde inicios del siglo XX. El imperialismo que partía
de supuestos europeocentristas, otorgando
a la civilización occidental la superioridad sobre
las restantes, fue puesto en tela de juicio por los
pueblos colonizados que, sirviéndose de un incipiente
nacionalismo, comenzaron a reivindicar la independencia respecto a sus metrópolis.
Surgió
un peculiar tipo social: el del
inadaptado a la paz y nostálgico de la guerra,
que constituyó el soporte de movimientos nacionalistas
revanchistas y radicales que progresaron
durante el período de entreguerras. Muchos excombatientes
quedaron excluidos de la vida laboral y fueron presa de
un profundo desánimo al considerar que la sociedad
los había excluido sin el reconocimiento de su
esfuerzo y sacrificio.
Hubo colectivos que no aceptaron el fin
de la guerra y denunciaron los tratados de paz hecho especialmente
significativo en Alemania donde HITLER
denunció lo que consideraba injusta supeditación
de su país a los tratados
de paz.
La pérdida de valores humanistas
se reflejó en el arte, la literatura
y la música e sirvió de
empuje a movimientos como el expresionismo y
el surrealismo.
Inicio de la unidad